viernes, 25 de marzo de 2016

MI PRIMER CONTACTO CON EL HIERRO


Llequé del Táchira a Caracas a los 17 años, en agosto de 1943 con la intención de inscribirme en la Academia Militar. José Roberto Vivas, uno de mis hermanos mayores, autor de la Clave Dactiloscópica Venezolana, trabajaba en la Oficina de Identificación y Extranjería del Ministerio de Relaciones Interiores. El veía el futuro de Venezuela en la industria metalmecánica y me recomendó estudiar en la Escuela Técnica Industrial de Caracas, en vez de la Academia Militar de Venezuela.

Inicié mis estudios industriales en la Escuela Técnica Industrial en la esquina de San Lázaro, en la especialidad de Mecánica, bajo la dirección del ilustre Ing. Luis Caballero Mejías. En 1947, una vez finalizados mis estudios, me fui a los campos petroleros del Zulia a adquirir experiencia laboral en la Venezuela Oil Concession V.O.C. del grupo Shell hasta 1951. Continué trabajando en la industria metal mecánica de la zona industrial de Caracas, en los talleres de maquinarias y vehículos del Ministerio de Obras Públicas M.O.P. y en la General Motors de Venezuela.

Una mañana de junio de 1956 un grupo de jóvenes visitaban la línea de ensamblaje de la General Motors y yo les explicaba los pormenores de la producción, por curiosidad les pregunté el origen de la visita y me respondieron que formaban parte de un grupo de técnicos que recibían un curso preparatorio en la Oficina de Estudios Especiales de la Presidencia de la República, con el fin viajar al extranjero para recibir entrenamiento siderúrgico. Uno de ellos me indicó la dirección de la oficina y me sugirió que fuera a inscribirme como aspirante.

Ese mismo día en horas de la tarde llené una solicitud con mis datos, educación y experiencia, etc., luego fuí llamado para presentar un examen psicotécnico y concursar con otros aspirantes para formar parte del tercer grupo de técnicos que serian enviados a Italia a recibir entrenamiento para la puesta en operación de la futura planta Siderúrgica del Orinoco en el Estado Bolívar.

ITALIA 1956-1960

Formé parte del grupo de estudiantes que irían becados por el Gobierno Nacional a recibir entrenamiento siderúrgico en Italia. Este entrenamiento sería coordinado por la empresa italiana Innocenti, que había ganado la licitación internacional para la construcción de una planta siderúrgica a orillas del río Orinoco en el sitio denominado Matanzas a 15 kms de Puerto Ordaz. Después de tres meses de conocimientos básicos de siderurgia e italiano, alrededor de veinte aspirantes fuimos llamados a la Dirección por el Profesor Rubén Gómez para la firma de un contrato ante el Ministerio de Fomento, por lo que renuncié a mi cargo en la General Motors donde trabajaba. Se coordinó la salida para mediados de octubre de 1956 y citaron al grupo ante la Dirección de la Oficina de Estudios Especiales para unas palabras de despedida. El Director de la Oficina nos felicitó y nos deseó suerte en el exterior, pero para sorpresa nuestra en el Directorio se encontraba el Coronel Marcos Pérez Jiménez, Presidente de la República, quien al felicitarnos en la despedida nos dijo la siguiente frase: “Ustedes serán la punta de lanza que iniciará en Guayana la forja de una nueva Venezuela: la Venezuela Industrial. Cumplan con su deber”.

Partimos para Roma, en un Constellation de Aeropostal, el tercer grupo de técnicos venezolanos. Nos presentamos en Milán ante el Ing. Horacio Rosales encargado de la Oficina de Estudios Especiales en Italia para nuestras futuras ubicaciones en diferentes fábricas y ciudades de Italia. Un pequeño grupo y yo fuimos asignados al Stabilimento Ilva de Piombino, otros fueron enviados a Venecia y otros a Génova.

El Stabilimento ILVA “Alti forni e Acciaierie d´Italia”, estaba situado en la ciudad de Piombino, región de Toscana, Provincia de Livorno. Esta ciudad se encuentra situada frente a la isla de Elba y en sus alrededores floreció la civilización etrusca, anterior a los romanos. La Planta Siderúrgica a ciclo integral, era de gran capacidad, para ese momento estaba dotada de modernas instalaciones industriales y sus productos primarios eran perfiles, productos planos, rieles y coque. Estaba dotada de:
  • Un puerto de recepción de materia prima y despacho de productos terminados.
  • Un patio de almacenamiento.
  • Interconexión ferroviaria con la vía férrea del Estado.
  • Dos (2) altos hornos.
  • Coquería.
  • Cuatro ( 4) hornos Siemens Martin.
  • Tren 1100 de laminación primario.
  • Tren 800 de laminación comercial.
  • Tren 500 de laminación comercial.
  • Un tren continuo Morgan para cabilla y alambrón.
  • Una planta de laminados planos.
  • Taller central de mantenimiento.
  • Laboratorios, etc...

Esta fábrica fue totalmente destruida en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, salvándose las alungas (ejes cardánicos) del tren 1100, las cuales aún conservaban las huellas de la metralla. Con su tenacidad los italianos de la post-guerra lograron reconstruir la fábrica, y para 1956 cuando llegamos a Italia, la misma estaba en plena producción. Solo se recordaban los bombardeos por las huellas de metralla en los ejes del Blooming.

Merece la pena comentar un hecho que presencié en esta fábrica, y que guarda relación con la historia ferroviaria de Venezuela. El tren de laminación 800 producía en 1957 rieles de doce metros en todos los turnos de trabajo, destinados al Plan Ferroviario de la Unión Soviética. Nuestra Planta Inoccenti de Matanzas también tenía un tren de laminación 800, con todas las instalaciónes requeridas para laminar rieles ferroviarios, de tecnología mucho más avanzada y moderna que el de la planta ILVA de Piombino, sin embargo, este tren de laminación, se utilizó durante treinta y cuatro años para producir perfiles de acero para la industria, siendo descontinuado sin haber aprovechado la oportunidad de producir ni un solo riel ferroviario. Mientras en el mundo entero se ampliaban las redes ferroviarias como en Japón, Alemania, Unión Soviética, Cuba, USA, Latinoamérica, etc., nuestros gobiernos de turno paralizaron durante cuarenta años el Plan Ferroviario Nacional, que había sido puesto en marcha por el Gobierno del General Marcos Pérez Jiménez, del cual sólo se construyó el tramo Barquisimeto-Puerto Cabello.

La excusa de los gobiernos de entonces fue que estabamos en  la era de la aviación y de las grandes autopistas y que las vías ferroviarias ya era cosa del pasado.Sin embargo y en mi opinión el Plan Ferroviario se paralizó porque era una obra iniciada por el General Marcos Pérez Jiménez, lo que a mi parecer fue sólo una mala decisión política.

El entrenamiento siderúrgico en Piombino consistió en adquirir conocimientos amplios sobre mantenimiento preventivo y correctivo en instalaciones tales como Marina, Acería Siemens Martin, Trenes Primarios y comerciales de Laminación. Compartíamos el entrenamiento práctico con clases teóricas relativas a la Industria Siderúrgica.

Llegué a Piombino en 1957.  En esta pequeña ciudad de la Toscana nació mi segunda hija. A mediados de abril de 1958 y a raíz de los sucesos del 23 de enero, el grupo de Piombino recibió instrucciones del nuevo organismo Instituto Venezolano del Hierro y el Acero I.V.H.A. de regresar a Venezuela. A finales de abril regresamos a Caracas donde recibimos instrucciones de presentarnos en las oficinas del Instituto en Matanzas, Estado Bolívar, allí iniciamos nuestro trabajo, desde las barracas de soltero del campamento Innocenti. En función de mis conocimientos de mecánica fui nombrado inspector fiscal para la recepción de instalaciones de la Innocenti al I.V.H.A.

A nombre del I.V.H.A., realicé la recepción y prueba de calidad operativa de las grúas puente de la Fábrica de Tubos y del Taller Central de Mantenimiento con capacidades variables desde 5 TN hasta 100 TN. Estas instalaciones estuvieron totalmente concluídas en Diciembre de 1957, incluso la Fábrica de Tubos sin Costura, que a finales de 1957 laminó en el tren grande varios tubos como prueba, utilizando tochos de acero importados. Inexplicablemente estas dos unidades productivas estuvieron clausuradas hasta mediados de 1961 según rumores que circularon en la época, debido a un reclamo contractual entre el I.V.H.A. y la empresa constructora Innocenti.

A mediados de agosto de 1958 un grupo seleccionado de ex-becarios recibimos instrucciones del Capitán José Vicente Azopardo, Presidente del I.V.H.A. de regresar a Italia a continuar el entrenamiento suspendido en abril de 1958. Este grupo de 21 ex-becarios debería recibir un entrenamiento intensivo en la producción de Tubos de Acero sin costura y por consiguiente regresamos a la Planta de Tubos sin costura de la empresa Dálmine Apuania situada en Marina di Massa, Provincia de Livorno, Italia.


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